Fuego.
(Cuando
hablamos de Fuego, no hablamos de eso
que usan los bomberos para satisfacer su vocación.)
Podríamos
decir que no existe, podríamos decir que es cualquier elemento en estado de
combustión.
No es
un elemento, es un proceso de cambio químico.
Eso que
no se mueve por fuera y se mueve por dentro.
Lo que
te mantiene vivo, la energía que te hace actuar, la energía que nos mueve.
La
libido, esa energía que te hace superar los opuestos.
El
fuego no es la acción, es la energía que permite la acción.
La
chispa descontrolada lleva a la cólera, si se apaga… a la muerte.
Vehículo de un mundo al otro. Cremación.
Cada uno
elige el fuego que desea tener. Yo elijo lo qué me motivará.
Por eso
el fuego es libertad, es tu vocación, tu talento.
El fuego es la energía universal. Es el motor de la
renovación periódica.
Es la energía que permite expresar el centro en la
periferia.
Gracias a nuestra energía, cuando es propia, puedo dejar lo
establecido y moverme por caminos internos sin esperar un acontecimiento
externo para moverme.
Si tengo mi energía alimentada con el combustible adecuado, nada
me será imposible, ni los dolores serán un impedimento, ni la tristeza una
depresión.
Tengo que elegir el alimento que mejor prolongue mi luz.
La prueba del fuego es caminar sobre él. Entrar al fuego sin
quemarse.
Alimentarse de prana.
No es
la llama eterna de algunos próceres enterrados sin su dignidad.
Es un
fuego que debe ser alimentado.
¿Cómo
alimentas tu fuego?
Si no
sabes te puedes convertir en un zombi.
Tus
acciones futuras están definidas en el alimento que le des a tu fuego.
Sabremos
que alimentamos nuestra energía con el carburante adecuado, pues su movimiento
interno se expresará en imaginación creadora.
Sabremos
que elegimos el alimento incongruente pues nos sentiremos llamados por la
extravagancia y la primitivez.
Nuestra
especie se construyó a sí misma en la medida que controla el fuego, primero; y
después lo fabrica.
El
fuego nos aleja de la animalidad. El fuego -su uso, control y
fabricación- es lo que nos libera del animal y nos prepara para ser Seres
Humanos.
Controlar
el fuego externo es parte de la sabiduría humana.
Saber
del fuego interno es la sabiduría divina.
De
origen humano nos puede volver diabólicos.
Internamente
es la imagen de Dios. Es Dios en nosotros. La
chispa divina. Imagen de Dios.
Externamente
puede ser destructor y diabólico.
Lucifer
(ego), el portador de luz celestial, nos trajo el infierno: ese fuego que quema
sin destruir y no cumple su objetivo de liberarnos de la envoltura.
Su ley:
“Como la de todos los fuegos (Aries, Leo, Sagitario) es disolver la envoltura y
unirse a la fuente de la que está separado, es llegar a un estado sutil”. Para
se sea regenerador. El fuego nos permite la
sutileza al combustionar la envoltura. Como toda envoltura, grosera.
La misión del fuego es darnos la energía para seguir vivos.
Nos anima, nos mantiene vivos, para exteriorizarnos y
movernos.
Es la energía que nos impulsa.
Mi fuego, cualquier fuego, es esa energía que me hace ser
directo, claro y explícito.
Es la honestidad.
Reconozco mi fuego, pues ahí me siento cómodo.
La falta de fuego se me nota, cuando al querer ser, no sé
superar un obstáculo ni resolver un problema.
La falta de fuego se nota cuando las molestias al estómago…
A veces, el fuego de uno prende al fuego del otro.
Al poner fuego en mis acciones, contamino energía,
transformo.
Su
contrario absoluto, no complementario, es el agua.
El
fuego tiene un origen terrenal y un destino celestial.
El agua
tiene un origen celeste y un destino terrenal.
El
fuego es del cielo, pues sube.
El agua
es de la tierra pues viene a nosotros en forma de lluvia.
El
fuego tiene por objetivo el cielo, el sol; se eleva. El agua baja, su deseo es
llegar al centro de la tierra, al centro de la experiencia.
El
fuego quema y consume, purifica y regenera, igual que el agua.
Se
distingue del agua al simbolizar la purificación por la compresión, hasta su
forma más espiritual.
El agua
simboliza la purificación del deseo hasta su forma más sublime: la bondad.
El
fuego que sube al cielo representa el impulso hacia la espiritualización. El
factor humano que evoluciona a lo espiritual y al servicio.
Diluvios
y sequías.
Los dos
viven en la vertical, ahí donde los ángeles se mueven.
Su
contrario complementario es el aire. Lo representa la lengua.
La
lengua es una llama, destruye o purifica, crea y aniquila. Es de un poder
ilimitado.
Es un
poder, una fuerza, como la muerte.
Concepto clave: Esa
energía, mía, que le da poder a mi individualidad.
Por ejemplo, si en una carta astral falta el elemento, sólo
significa que no tiene la libertad para elegir carburante, no le que falte
energía.
Cualidad: La
expansión.